El abrazo a la matriarca del vino
Del corazón de la Rioja Alavesa nace el proyecto más entrañable de la familia Gil. Rosario Vera no es una bodega cualquiera, sino la forma de recordar a la madre y confundadora del sello familiar hace más de cien años. Sus vinos son un gran abrazo de hijos y nietos a la mujer que estuvo donde empezó todo y luchó contra vientos y adversidades por amor a su tierra y a su familia.
Sus descendientes han elegido para rendirle tributo una de las zonas vitícolas más famosas del mundo, próxima a la Sierra de Cantabria. Las viñas Rosario Vera, algunas con más de medio siglo de antigüedad, palpitan en estos parajes de dólmenes, fábulas y murallas medievales. De esa atmósfera, nacen sus tempranillos más vivaces, que liberan en cada sorbo una cascada de recuerdos y sorpresas.