Plenos, complejos, infalibles
La tradición familiar de crear vino comenzó hace más de un siglo y perdura en las nuevas propuestas, equilibradas y complejas, nacidas de las viejas vides y de la eficiente tecnología. En cada embotellado late la dignidad de la eterna briega con los elementos.
Descorchar un Juan Gil no es una elección a la ligera. Es compartir el espíritu eterno del vino en toda su plenitud.